Había una vez 4 ruedas que le daban balance a un carro. La primera, a la derecha, era vieja, pero muy firme. Era la que más seguridad le daba al carro. Había pasado por maltratos, pero el apoyo que le daba lo compensaba. La segunda, a la izquierda era muy nueva y recién comprada. Esta rueda era tan nueva, que ni había preocupación por repararla, sin embargo sí tenía defectos. La tercera, a la derecha, era una rueda que soñaba. A pesar de que era agradable, no era funcional. La cuarta, a la izquierda, era todavía más soñadora, por lo que era menos tomada en cuenta. Era una rueda nueva, bonita, casi mágica, pero no probaba que andaba cómo el carro necesitaba.
Un día, la rueda vieja decidió no ser parte del carro. A esto le respondieron con calma inicial, pero al pasar dos días inició el caos. Sin esta rueda, las demás perdieron balance y sus defectos se notaban más. El carro debe decidir qué hacer. Se supone que entre más opciones, más complicado decidir.
Puede cambiar la posición de las ruedas. La izquierda de adelante puede tomar su lugar, ¿pero lo haría bien? Las de atrás no pueden ocupar su lugar, ya han probado que no lo lograrían. El carro podría decidir quedarse sin ruedas y cambiarlas todas por 4 del mismo tipo que sí funcionen. ¿Qué es lo más correcto para el carro?
